domingo, 10 de enero de 2010

Estafas académicas




Esto es una noticia de opinión de un profesor de medicina de la Universidad de Córdoba. Y desgraciadamente es la imagen que se ve en nuestras universidades.

Básicamente, mientras la mayoría tenemos que matarnos para poder aprobar... nos tiramos unos cuantos años más de la cuenta para sacar nuestras titulaciones...; otros son recompensados por el mero hecho de ser hijos de profesores de universidad... y les regalan todas las asignaturas...

Curiosamente, estando en dicha facultad (pq estudia mi hermano en ella), una de las profesoras indicadas (cuyo nombre no puedo decir, por no poner en riesgo a mi hermano), se nos acercó cuando estabamos viendo las notas... y no paraba de hablar bien de su hija, que tenía un sobresaliente.... mientras casi todo el mundo tenia un suspenso y algunos algún aprobado. Y es que claro... así luego esa muchacha cuando llegó al tan temido MIR... sacó una nota de verguenza para la calificación final que consiguió.

Aquí os espongo:

Desde MEICO nos ha parecido interesante este artículo, publicado en el Diario Córdoba. Lo pasamos por aquí para compartir con vosotros la opinión de este profesor de la Facultad de Medicina.
Si os parece interesante, pasardo a vuestros compañeros!

Rebelion en las aulas


Diario Córdoba - 08/01/2010 RAMON Ribes


Recientemente tuve ocasión de conocer cómo se fraguó el expediente cuajado de matrículas de honor (o más bien deshonor) de un alumno/alumna de una Facultad española cuyos padres, ambos profesores de dicha Facultad, le habían proporcionado la mayor parte de las preguntas de los exámenes de todas las asignaturas y si, aún con semejante ventaja el alumno o alumna, no sacaba matrícula de honor, esos padres/profesores hablaban con sus compañeros para que le/la calificaran con esa nota "canjeándola" por la calificación de los hijos de estos cuando llegaran a su asignatura. Si esto fuese un hecho aislado no dejaría de ser una anécdota muy desagradable. Pero desgraciadamente este tipo de comportamientos son habituales en nuestra Universidad. Este tipo de profesor y sus hijos o hijas... se han pasado de la raya. Han atravesado la raya del decoro, de la decencia, de la deontología profesional y todos aquellos límites morales imaginables.


Lo peor de estos "hijos de" ayudados hasta la saciedad es que su desarrollo profesional está mermado como consecuencia de las "ayudas" de sus padres. Un estudiante normal que tiene que preparar 300 hipotéticas preguntas para un examen parcial desarrolla más su mente y su capacidad de sacrificio que el que sabe las 4 preguntas que le van a hacer y, lógicamente, se limita a estudiarse esas cuestiones no perdiendo el tiempo en otras. Flaco favor le han hecho esos padres a esos "niños recomendados de cristal" que zozobran sistemáticamente ante la menor de las dificultades que les pueda deparar la vida.


La inmensa mayoría de los alumnos de nuestras facultades y escuelas universitarias saben que hay dos ligas. La liga de los recomendados y la liga del resto de los mortales. Sabiéndolo, se callan porque creen que no se puede hacer nada para acabar con estas flagrantes injusticias. Es cierto que individualmente es imposible combatir la prevaricación en la Universidad pero al igual que los jóvenes universitarios del tardofranquismo se unían y arriesgaban su integridad física y, en ocasiones, sus vidas para derrocar al régimen, los jóvenes actuales deberían hacer lo mismo para derrocar al sistema educativo en la Universidad; a un sistema localista que no premia a los mejores sino a los mejor situados, a un sistema que ha hecho de la prevaricación algo socialmente aceptado, a un sistema que les obliga a estudiar contenidos teóricos desproporcionados sin apenas base práctica. ¿Cuántas veces hemos oído decir que es lógico que a los hijos de profesores se les ayude un poco? En mi opinión esto es inaceptable por definición; la única ventaja lícita de estos privilegiados es haber nacido en un entorno socioeconómicamente más favorecido que el resto de sus compañeros.


Queridos estudiantes, uníos y sembrad hoy para que en vuestra Facultad dentro de 30 años puedan estudiar vuestros hijos. No temáis las posibles represalias.


Temed al miedo que os paraliza.


Temed al miedo que os impide ser jóvenes.


Temed y combatid a los que os han robado la ilusión.


Temed a la pusilanimidad que os impide tomar las decisiones adecuadas.


Temed a la senilidad ideológica precoz que os impide crecer como ciudadanos libres.


Denunciad de forma corporativa y solidaria cualquier injusticia y cualquier prevaricación.


Os recuerdo que pocos años después de nacer yo y algunos años antes de que nacierais vosotros, jóvenes europeos crearon el Mayo del 68 y por unos momentos la vida volvió a ser bella porque los ideales prevalecieron sobre los intereses.


Además de estudiar, leed insaciablemente. Estudiad inglés hasta dominarlo de manera que vuestro mundo sea el mundo y no renunciéis nunca a conocer nuevos horizontes, nuevas personas y nuevos ideales. Nunca dejéis de ser críticos con vosotros mismos para así poder criticar y transformar el sistema salvo que queráis que las mismas injusticias que sufrís ahora las sufran vuestros hijos y los hijos de vuestros amigos.


* Profesor

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